viernes, 9 de diciembre de 2011

30 años de Wadu wadu: Virus contra el rock gallina

Chocolatines que contenían cartas destinadas a los chicos que estaban combatiendo en las islas, golosinas que no estaban para venderse en los quioscos; festivales de la solidaridad latinoamericana que utilizaban a nuestros músicos en nombre del “Ser nacional”, que incluso hoy sigue siendo bastardeado por una clase dirigente que parece estar atada al sillón de Rivadavia. Incluso el rock argentino (el termino “nacional” esta al borde de lo cipayo) estaba teñido de una solemnidad que le quitaba un poco la credibilidad: sin ir más lejos, Luis Alberto Spinetta que en ese momento brillaba con Jade, describía el mensaje de las bandas surgidas a principios de los ochenta como “Débil” y “Fácil”.
Tal vez el flaco sufría el síndrome de falta de información contemporánea, o sea, la imposibilidad de enterarte de todo lo que esta sucediendo en el momento que estas viviendo.
El de Virus es un caso muy especial, es inédito porque en el año 1981 ya eran pos Malvinas, antes que se formaran Sumo y Soda stereo, años antes que Patricio Rey y sus redonditos de ricota ingresaran a las bateas con “Gulp”, “Wadu wadu” el disco debut de la banda liderada por los hermanos Moura; Julio, Federico y Marcelo, ya contenía parte de la esencia del rock argentino por venir de esa década. Y ese des-tiempo marcó a toda la trayectoria del grupo: eran románticos cuando todo era bastante serio y oscuro, Federico Moura tenía 30 años, la misma edad en que Charly García disolvió a Serú. Otro aspecto atemporal era el sonido de los teclados, lejos de los órganos Farfisa que habían sido popularizados por Charles Aznavour a fines de los sesenta y redescubiertos por el Madchester inglés treinta años después, nadie usaba a principios de los ochenta esos timbres. Ese anacronismo los volvía “modernos”, pero más allá de la moda.
Y los citados años sesenta tuvieron muchísima incidencia en el grupo; su letrista Roberto Jacoby (que por estos días se encuentra de vuelta en la música) venía del instituto Di-Tella, aunque era un gran crítico del rock en nuestro páis. Y también el diseñador de las tapas, Daniel Melgarejo había trabajado en el sello Mandioca.

(Roberto Jacoby, el socio letrista de Federico Moura)

Pero para entender la impronta avant-garde de los virus solo basta con meterse por un segundo en la cabeza de su cantante, Federico Moura; sus amplias fuentes iban desde Billie Holiday, Carmen Miranda y pasando por Antonio Carlos Jobim y el brasileño Ney Matogrosso . En su entorno se podía encontrar a gente como Renata Schussheim, Jean Francois Casanovas o Lorenzo Quinteros sin el perro verde. Esto haría que rápidamente la banda de La Plata rompiera el cascarón del underground y la intelligentzia.
(El brasileño Ney Matogrosso, cantante de Secos y molhados, gran influencia de Moura)


“Los críticos cacarean y nosotros ponemos los huevos”

El día de la primavera de 1981, a la tarde temprano, Virus subió a mostrar lo suyo en la segunda de las tres jornadas del festival Prima Rock que se realizó frente a las piletas de Ezeiza. Fue su primera presentación ante el gran público pero saltemos en el tiempo y leamos como recordaba Marcelo Moura a aquel show en la década del noventa: “Las milanesas las tiramos pero con las naranjas jugabamos al fútbol en el backstage”. Adivinaron, el grupo que se completaba con los hermanos Mario y Ricardo Serra en batería y guitarra respectivamente y con el bajista Enrique Muguetti, había sido tildado de “agresivo” por la prensa que cubría el recital y compartía escenario con monstruos como Seru Giran, León Gieco, Jade y Pedro y Pablo. Más algunos hasta ese momento desconocidos como Dulces 16, Miguel Cantilo y Punch junto a Alejandro Lerner.

La escasa concurrencia al festival que esperaba, bah que seguia esperando desde la segunda mitad de los años sesenta el mensaje de “Paz y amor”, no se mostró muy complacida con los autores de “Cantante farsante”. Una sociedad tan moderna que se había salteado al punk.
El tema más largo del disco “Todo este tiempo perdido” duraba exactamente tres minutos y en el festival fue aún más corto.
(Afiche de la presentación de Spinetta Jade en el festival Prima Rock, el 21 de septiembre de 1981, donde también se presentó Virus)

Que te va a gustar…

El disco salió a la venta en diciembre de 1981, contaba con quince temas, contundentes temas, y obtuvo su nombre, en palabras del cantante, de un sonido que hacia la guitarra de Serra en la canción homónima. Apoyado por musicalizadotes radiales como Gustavo Noya de Radio Del Plata, Lalo Mir o Alejandro Pont Lezica, el disco no paso inadvertido.
“Wadu wadu” se presentó oficialmente el 18 de diciembre de ese año en el Teatro Astral, que estuvo lleno por la mitad. Ese día debutó como músico el, por entonces, director de la revista “El expreso imaginario”, Roberto Pettinato.
Se cumplieron 30 años, no solo de la edición de un disco, sino del inicio de la carrera de una banda que de alguna manera partiría en dos la historia del rock argentino, ese rock, que era su forma de ser.

(tapa del disco "Wadu Wadu de 1981)


TXT: Gabriel García.

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